Es
difícil describir qué sientes cuando estás enamorada, pero cuándo ese amor va
dirigido a una ciudad resulta ser más extraño
todavía. Es un sentimiento que solo se puede sentir cuando estas cerca de
aquello que amas y yo amo a la ciudad que me vio renacer, que supo arroparme
cuando me sentí herida, que me enseñó a ser libre y sobre todo porque cada vez que la visito, me hace sentir que formo parte de ella.
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