La despedida




Llega ya el tranvía y he de decirte adiós. Nos abrazamos ante las miradas de los desconocidos que nos miran de reojo.  Nunca imaginé vivir un romance de tan solo 24 horas en una ciudad a miles de kilómetros de la mía. Lo llamaría, quizás flechazo pero creo que es mejor llamarlo amor fortuito, si me gusta más. No quiero separarme de ti pero ya sabíamos que lo que íbamos a comenzar ya tenía una fecha final, pero aún así nos arriesgamos y ganamos.  Te veo marchar y con la marcha del tranvía, las hojas amarillentas del final de otoño se posan junto a mis pies para arroparme en esta despedida. Miro al cielo, me abrigo y pienso que Burdeos puede ser un buen lugar para volverse a enamorar. Si, creo que ya he comenzado a querer a esta ciudad. 

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